Lave bien las calabacitas, córtelas en trozos y cocínelas en una sartén con una cucharada de aceite, un diente de ajo y una ramita de perejil.
Tan pronto como estén doradas, agregue un poco de agua, ablande y sazone con sal. No permita que el agua se absorba por completo y agregue el azafrán mezclando bien. (Quité la mitad de las calabacitas y tritúralas con un tenedor y vuelva a unirlas al resto).
Hervir el agua, verter la pasta y cuando esté lista al diente, escurrirla y verterla en la sartén con las calabacitas. Mezcle bien el condimento y espolvoree con mucho parmesano.