Remoje 10 gramos de láminas de cola de pescado en agua fría.
Mientras tanto, calentar 115 ml de leche sin hervirla.
Exprima la cola de pescado y derrítala en la leche.
Por separado, calentar medio litro de crema fresca y agregar 115 gramos de azúcar, mezclando bien para disolverla completamente.
Agregue los dos compuestos y vierta todo en un molde de aluminio enjuagado con agua helada. Deje que se enfríe primero fuera del refrigerador y luego en el refrigerador durante aproximadamente 5 a 6 horas.
Trascurrido este tiempo ya se podrá servir la panna cotta en un plato con salsas acompañantes al gusto.
Hay una variante súper rápida de la receta clásica. Solo hay que eliminar la leche, disuelva el azúcar y la cola de pescado (ablandada en agua) directamente en la crema caliente. ¡Para aquellos que no quieren ensuciar más de una sartén!