En un bol, recoger las yemas de huevo, sazonar con una pizca de sal, el ajo y la puntita de mostaza.
2
Exprime el limón y guarda el jugo.
3
Comience a verter el aceite gota a gota mezclando los ingredientes con un batidor pequeño o una cuchara de madera, esperando que se incorpore bien antes de seguir uniendo otro poquito más.
4
Tan pronto como la mezcla espese, dilúyala con unas gotas de limón (o vinagre) y continúe alternando aceite y limón hasta que se agoten.
5
Tendrás que conseguir una salsa bien montada.
6
Se puede utilizar el procesador de alimentos en lugar de hacerla a mano.