Poner las yemas en un tazón, agrega el azúcar, el extracto de vainilla o la media vaina de vainilla y trabaje con la batidora eléctrica, hasta que todo esté muy homogéneo.
En una cacerola, vierta la leche, caliente hasta 65 grados y mezcle con la dextrosa y la leche en polvo.
Ahora, vierta poco a poco la leche sobre la mezcla de yemas sin dejar de mover.
Ponga todo a fuego lento y revuelva continuamente con una cuchara de madera, hasta que la mezcla se espese un poco. Retirar del fuego y transferir la mezcla a un recipiente en baño María frío en agua y hielo y agregar la harina de algarrobo a la mezcla. Batir la mezcla con una licuadora de inmersión.
Cuando el compuesto esté frío, agregar la crema batida y mezclar bien despacio. Refrigerar por 1 hora mínimo.
Vierta la mezcla en un recipiente de plástico, cubra con una tapa o envoltura de plástico y colóquelo en el congelador durante aproximadamente una hora.
Tan pronto como la mezcla comience a espesarse, trabaje nuevamente con la batidora para suavizar el helado de vainilla y romper los cristales de hielo que se han formado en su interior.
Vuelva a colocar en el congelador y repita esta operación después de otra hora, para obtener un helado muy suave.
En este punto, cubra y ponga en el congelador por otras 2-3 horas. Después de este tiempo, retíralo del congelador y el helado casero de vainilla estará listo para servir.